YOGA EN LA MOCHILA

Si eres como yo, más de una vez te habrás preguntado qué hacer después de una clase de yoga.

Has sudado, has intentado no contener tu respiración en chaturanga y has bordado todos los guerreros. Estás casi en otro universo después de hacer una buena relajación en Savasana, tus miembros están relajados y esbozas una suave sonrisa. El yoga te nutre como ningún otro ejercicio. Pero , ¿y después qué?

Mi mejor consejo: no tengas prisa para nada de lo que hagas.

Sobretodo, no corras a coger el móvil para revisar tu Instagram. Revisar el teléfono móvil no es malo en sí mismo, no te martirices si tienes que hacerlo. Pero revisarlo por inercia constantemente durante todo el día no es un hábito sano.

De cualquier forma, estas son las mejores cosas que puedes hacer después de una clase de yoga.

1. Agua, agua y agua…

Y lo más importante, ¿no lo he dicho?… ¡agua! Beber para no deshidratante es esencial, durante todo el día y después de cualquier ejercicio. Por eso, darle a tu cuerpo agua después de lo que le has exigido durante la sesión de yoga es de lo mejor que puedes hacer. Incluso aunque hayas echo yin yoga y creas que no has sudado mucho.

También puedes pasarte a las bebidas con sabores, o beber té si es invierno… pero mi recomendación siempre es agua natural.

2. Simplemente observa a tu alrededor

El estado de relajación en el que estás después de la clase es perfecto para simplemente dejarte llevar por una vista bonita o para mirar a tu alrededor y ser consciente de qué te rodea.

Si eres de las que consigues dejar la mente en blanco (y si no, quizás también) durante la meditación, prueba ahora a llenar tu cabeza con cosas agradables y a tomar conciencia de lo que te rodea.

Si eres de los que va a un estudio a hacer yoga, es bueno que vuelvas andando a casa, tomándote tu tiempo.

Intenta no enfocar la vista en la pantalla después de haberla relajado, y dale un descanso a tus ojos mirando al horizonte.

3. Observa dentro de ti

También es el momento ideal para tomar conciencia de ti misma, de cómo te has sentido durante la práctica.

Hazte preguntas: ¿cómo te sientes después de tu práctica?, ¿después de hacer yoga te duele el cuerpo?, ¿qué tipo de dolor es?, ¿es porque lo has ejercitado?, ¿qué emociones afloran en ti después de hacer yoga?, ¿son siempre las mismas?, ¿qué resultados estás viendo con el tiempo en tu práctica?

4. Escribe

Si tienes tiempo, también puedes dedicarte a escribir todos aquellos pensamientos que hayan cruzado tu mente. O cómo te sientes.

Tómatelo como un complemento a tu práctica personal. Escríbele a tu yo del futuro o simplemente tu progreso. Es un ejercicio libre que te ayudará a poner en orden tu mente.

5. Comer después de hacer yoga… ¿sí o no?

Te voy a contar un secreto… Come si tienes hambre y si no, no.

El mundo está lleno de gurús que te dirán » es bueno comer justo después de hacer yoga porque así estimulas el metabolismo y bla, bla, bla...» o no, «esperate media hora después hacer yoga para comer, así integras tu práctica y más bla, bla, bla.»

Pero no hay nada mejor que tu cuerpo para saber si tienes que comer o no.

Así que escúchate.

Eso sí, si comes (o meriendas, o cenas después de hacer yoga) intenta que sean alimentos nutritivos y naturales. Y que también te aporten líquido si puede ser.

6. Lee

Tu cerebro está oxigenado. Así que, ¿qué mejor momento para aprender algo nuevo o retener a tus autores favoritos?

También puedes reflexionar con frases como estas. ¿Por qué no escribes una en un cuaderno y después tus opiniones al respecto?

7. Y sobre todo… no te encorves

Hagas lo que hagas, intenta mantener una buena postura durante el resto del día. No dejes caer tu espalda y usa los abdominales para soportar tu propio peso. Es mejor que puedes llevar de tu práctica de yoga al día a día y tu cuerpo te lo agradecerá.

Desde luego, hay muchas otras cosas que puedes hacer y aprender. Pero estás son las que más te nutrirán por dentro y por fuera.

Y tú, ¿qué sueles hacer después de una clase de yoga?